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Resultados espectaculares con el zoom y la temperatura de color de tu cámara

Resultados espectaculares con el zoom y la temperatura de color de tu cámara

A veces, encontrar la forma de hacer que tus fotografías cobren fuerza no requiere de tener la mejor cámara ni el mejor objetivo, ni siquiera ser un erudito de la imagen. A veces, sólo hace falta un poco de imaginación y conocer los controles de tu cámara. Esta imagen se tomó tal cual la ves, sin retoques, sin procesados. ¿Quieres saber cómo la conseguimos? Te lo explicamos.

NECESITARÁS UN TRÍPODE

Una de las cosas básicas para hacer esta foto es el trípode. Sin él, habría sido imposible tomar esta imagen con varios segundos de exposición. Por si no conoces la zona, se trata del Hemisféric de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Lo que parece un ojo, es en realidad un edificio semicircular que se refleja en el estanque de agua, de ahí que los haces de luz superiores hayan quedado limpios y los inferiores rasgados. Simplemente es por el relejo del agua.

PASA A PASO

Pero vamos a contar cómo puedes conseguir esta foto de forma sencilla. Es importante que esperes a que el agua esté lo más calmada posible, de ese modo, conseguirás el reflejo más nítido en la mitad inferior de la foto. Encuadra bien, mide la luz y ajusta el diafragma. Haz alguna foto de prueba para comprobar que la exposición es la correcta y que el reflejo te sale perfecto (en nuestro caso, f8 y 10 segundos de exposición). Una vez conseguido vete a los ajustes manuales de tu cámara. Allí encontrarás el balance de blancos, pues bien, nada de balance automático. En el modo manual, ajustas la temperatura de color lo más baja posible, en este caso está realizada con un ajuste de 2700K. Otro día hablaremos de los balances de blancos…

EL ZOOM FINAL

Dispara la fotografía. No olvides hacerlo con un control remoto para evitar trepidaciones. Si has hecho como nosotros y has disparado 10 segundos de exposición, deja a la cámara captar luz durante los 7 primeros segundos para conseguir el reflejo principal y, después, muy suavemente mueve el zoom de tu objetivo todo el recorrido final. El resultado es el que estás viendo, gracias al movimiento de zoom final, conseguimos esos rayos tan espectaculares y que la foto adquiera la fuerza necesaria.

Y tú… ¿tienes algún otro truco?

 

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